La rinoplastia moderna, una operación estética y funcional con importantes implicaciones psicológicas

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La nariz es un elemento fundamental en la armonía del rostro: si es demasiado grande, tiene forma de silla de montar, una joroba importante o una punta imperfecta, puede alterar significativamente el equilibrio de los rasgos y causar incomodidad e inseguridad.  “No es casualidad que la rinoplastia sea una de las intervenciones de cirugía plástica más populares del mundo”, afirma el Dr. Francesco Segreto en esta larga entrevista. Un experto en la materia -ganador de numerosos galardones como el de mejor investigador menor de 35 años, el premio Eccellenze del Sud y, en 2021, el prestigioso Premio Europeo de Medicina- que, además de su especialización en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética en la Universidad Campus Bio-Médico de Roma, es doctor en la ciencia del envejecimiento y la regeneración tisular y máster en Cirugía Funcional, Cirugía Estética y Reconstructiva de la Pirámide Nasal en la Università Cattolica del Sacro Curore, enriqueció su formación profesional trabajando en los mejores centros internacionales de cirugía estética y reconstructiva (en Brasil, Japón, España y Singapur), donde tuvo la oportunidad de perfeccionar nuevas e innovadoras técnicas quirúrgicas y de desarrollar importantes proyectos de investigación con universidades extranjeras.

por Roberta Imbimbo

Dr. Segreto, ¿qué es la rinoplastia? ¿Y cuál es la incidencia de este tipo de cirugía?

La rinoplastia es una de las intervenciones de cirugía plástica más populares en la actualidad. Sirve para corregir la forma, el tamaño y, en algunos casos, la funcionalidad de la nariz, mejorando la armonía facial sin distorsionar su fisonomía. Más concretamente, permite aumentar o disminuir el tamaño de la nariz (demasiado pequeña, demasiado grande o demasiado ancha), cambiar la forma del dorso (hueco o con giba o joroba) y de la punta (demasiado ancha, demasiado estrecha o demasiado larga), modificar la anchura de las fosas nasales y corregir defectos postraumáticos o problemas respiratorios como la desviación del tabique nasal. Se trata, por tanto, de una operación que combina estética y funcionalidad.

¿Cuáles son los efectos psicológicos de este tipo de cirugía?

La nariz es un punto focal de la cara, que no puede ocultarse con la ropa y, por tanto, está constantemente expuesta en la vida cotidiana. Por lo tanto, en los casos en que un defecto estético es fuente de malestar, la rinoplastia puede influir positivamente en el bienestar psicológico de los pacientes, aumentando su autoestima y mejorando a menudo su vida relacional. En estos pacientes, la cirugía de rinoplastia no es, por tanto, una mera búsqueda de la belleza, sino una herramienta útil para producir efectos positivos en la esfera emocional de la persona, ya que permite superar un complejo, tal vez superar limitaciones. A menudo recibo mensajes de pacientes que, tras haber afrontado el inevitable miedo asociado a la elección de operarse, me escriben entusiasmados, diciendo que se gustan cuando se miran al espejo, que ya no se sienten observados, que por fin pueden sonreír de perfil o relacionarse sin ansiedad.

Precisamente porque se trata de una intervención que tiene considerables implicaciones psicológicas y funcionales, ¿hasta qué punto es importante contar con un profesional experimentado?

¡Mucho! Es importante no defraudar las expectativas de quienes confían en este tipo de cirugía, garantizando siempre una alta fiabilidad (sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un resultado permanente) y seguridad. Sólo un cirujano experimentado es capaz de realizar operaciones de todas las complejidades, es capaz de entender cuáles son las verdaderas razones del malestar emocional y, sobre la base de un diagnóstico cuidadoso, respetando las funciones respiratorias correctas y las proporciones faciales adecuadas, recomendar, de entre un abanico de posibles soluciones, la que mejor se adapte al caso individual. La rinoplastia es, con diferencia, la intervención más personalizada: la remodelación del perfil se realiza a medida, tras un minucioso estudio de los parámetros y la armonía facial.  Los métodos disponibles hoy en día son muchos, todos muy eficaces y capaces de garantizar resultados naturales; será el profesional quien elija el más adecuado para obtener el efecto deseado, teniendo en cuenta también numerosos factores, como cirugías previas, características anatómicas de la nariz, posible necesidad de injertos o eliminación de cartílago.

¿Es un procedimiento doloroso y muy invasivo?

¡De ninguna manera! A lo largo de los años, las técnicas quirúrgicas han evolucionado mucho, perfeccionándose cada vez más y garantizando una mayor estabilidad del resultado a lo largo del tiempo. Hoy en día es posible planificar la operación a la perfección y minimizar los hematomas y la hinchazón. El postoperatorio es menos largo y traumático que en el pasado: el uso de torundas endonasales (que dificultaban la respiración y cuya retirada resultaba muy molesta) se limita a los casos graves. Poder respirar de inmediato es un consuelo muy importante para los pacientes.

Hoy en día también es posible mejorar la estética de la nariz con Rinofiller. ¿Puede explicar la diferencia entre estos dos métodos?

El Rinofiller consiste en la remodelación nasal con ácido hialurónico. Es una técnica rápida, mínimamente invasiva y ambulatoria que dura unos 6-8 meses. Sin embargo, no es aplicable en todos los pacientes. En general, las dificultades respiratorias, la desviación del set-to, una giba muy prominente, una punta muy globosa o caída, son indicaciones para una rinoplastia quirúrgica. Por el contrario, para defectos leves, el rinofiller puede ser una excelente opción.

¿Qué recomendaría a los pacientes interesados en este tipo de cirugía?

En primer lugar, piensa detenidamente en el deseo de hacerlo. No debe ser un impulso pasajero, sino una convicción definitiva de querer cambiar permanentemente una parte del rostro, incluso aceptando algún riesgo. En segundo lugar, tómese su tiempo para elegir al cirujano al que se va a confiar, evalúe su currículum, tal vez vea sus casos clínicos, y busque esa correspondencia entre fiabilidad técnica y gusto estético que hace que el cirujano sea el adecuado para el paciente y el paciente el adecuado para el cirujano. En tercer lugar, hable con su cirujano abiertamente, con empatía, sin vacilaciones, dígale lo que quiere y entienda si es técnicamente posible hacerlo (desgraciadamente, por razones anatómicas y funcionales, no siempre son posibles todas las peticiones). En cuarto lugar, disfrute de la experiencia, llegue al quirófano feliz por el cambio que se avecina y con la serenidad confiada de quien sabe que está en buenas manos.

 

Para más información www.drsegreto.com

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