Nacido en Rávena (Italia), hijo del oftalmólogo Cesare Forlini, el Dr. Matteo Forlini es cirujano oftalmólogo especializado en el tratamiento de las enfermedades de la retina, la cirugía vitreorretiniana y la traumatología ocular. Excelencia internacional en el campo de la oftalmología, es autor y coautor de numerosas publicaciones científicas en revistas de todo el mundo. Su última contribución -publicada en el Journal of Ophthalmology y fruto de la colaboración con cirujanos oftalmológicos de renombre internacional- es un número especial sobre diferentes métodos de implantación secundaria de lentes intraoculares.
por Roberta Imbimbo

Dr. Forlini, ¿cómo nació su pasión por esta profesión?
Con gran pasión y determinación, decidí seguir el camino emprendido por mi padre, convirtiéndome en oftalmólogo especializado en cirugía vitreorretiniana, en el tratamiento de las enfermedades de la retina y en traumatología ocular. Tras licenciarme en Medicina y Cirugía en la Universidad de Bolonia, me especialicé en oftalmología en la Universidad de Módena y Reggio Emilia. Fue en Módena donde trabajé durante varios años en la compleja estructura de Oftalmología de la Policlínica Universitaria, ocupándome de la patología retiniana y la cirugía vitreorretiniana, actividad que posteriormente desempeñé también en el Hospital Universitario de Parma. Para ampliar mis estudios sobre la materia, asistí a la European Vitreo-Retina Training School EVRTS en Bremen, Alemania; también tuve la oportunidad de adquirir una importante experiencia en clínicas de prestigio internacional, como el Weill Cornell Medical College Presbyterian Hospital de Nueva York, el Instituto de Microcirugía Ocular de Barcelona (IMO), el Klinikum Frankfurt Hochst de Frankfurt y el Aditya Jyot Eye Hospital de Mumbai. En la actualidad, además de ejercer de forma privada en mi ciudad, Rávena, también realizo mis actividades clínicas y quirúrgicas en el Hospital Estatal de San Marino, la Clínica Sol et Salus de Rímini, el D.S.C. de Bolonia, el Hospital Hesperia de Módena y la Clínica S. Maria Maddalena de Occhiobello (Rovigo).

A lo largo de los años, ha colaborado en numerosas publicaciones científicas; no es casualidad que haya sido seleccionado en varias ocasiones por el Journal of Ophthalmology como redactor jefe de varios artículos en profundidad, fruto de la valiosa colaboración con otros cirujanos oftalmológicos experimentados de todo el mundo. ¿Puede hablarnos de ello?
El último trabajo publicado en el Journal of Ophthalmology – un Número Especial sobre Diferentes Métodos de Implantación Secundaria de Lentes Intraoculares – consiste en una colección de artículos científicos sobre técnicas quirúrgicas innovadoras utilizadas en el tratamiento de casos complejos de cataratas y traumatismos oculares. Además del trabajo de recopilación, también me encargué de redactar algunos artículos de fondo junto con el grupo del Hospital Estatal de San Marino con el que colaboro, bajo la dirección del médico jefe Dr. Alessandro Mularoni. Este número especial reúne artículos científicos de todo el mundo y tiene como coeditores a cinco profesionales de excelencia en la materia, los profesores Boris Malyugin (Moscú), Ike Ahmed (Toronto), Gabor Scharioth (Recklinghausen), Rodolfo Mastropasqua (Chieti) y Alessandro Mularoni (San Marino), y se presentará en septiembre en el Congreso Europeo de la ESCRS en Viena. A veces, por desgracia, nos vemos obligados a gestionar complicaciones tras la cirugía de cataratas (especialmente complicaciones tardías relacionadas con la luxación de las prótesis implantadas) o tras acontecimientos traumáticos, lo que ha llevado a la necesidad de recurrir cada vez con más frecuencia a la cirugía alternativa de implantación de cristalinos artificiales (implantes secundarios). Se ha hecho necesario utilizar nuevos materiales y nuevas lentes intraoculares para conseguir mejores resultados con menos complicaciones postoperatorias.

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¿Por qué son innovadoras estas técnicas? ¿Por qué se diferencian de la cirugía clásica de la catarata?
Catarata significa opacificación del cristalino, la lente natural de nuestro ojo que enfoca las imágenes en la retina y regula la visión de lejos y de cerca. Hoy en día, esta enfermedad es la causa subyacente del 50% de todos los casos de ceguera y del 33% de las discapacidades visuales en todo el mundo. El único tratamiento disponible hoy en día es la cirugía – en Italia se realizan unas 600.000 operaciones de cataratas al año – destinada a eliminar el cristalino opacificado, que se sustituye por una lente acrílica (lente artificial). La cirugía moderna de la catarata, fruto del perfeccionamiento de las técnicas quirúrgicas, consiste de hecho en colocar en el interior del saco capsular una lente intraocular artificial (LIO, lente intraocular), absolutamente biocompatible y de alta tecnología, para restablecer el poder refractivo de una lente natural. Este saco capsular suele ser perfectamente transparente y la nueva lente intraocular se implanta en su interior, encontrando un ajuste perfecto. En los casos complejos y graves -que pueden estar relacionados con defectos congénitos, complicaciones intraoperatorias o traumatismos oculares de diversa índole-, el soporte capsular puede estar gravemente dañado; en estos casos es necesario recurrir al uso de lentes intraoculares alternativas (implantes secundarios de LIO), que se eligen en función de las necesidades de cada paciente: pueden ser de fijación al iris -si se anclan directamente al iris mediante dos clips fijados en la cámara anterior o posterior- o de fijación escleral, suturadas en la cámara posterior o incluso sin sutura mediante las técnicas más innovadoras.

Hoy en día, por tanto, existen toda una serie de métodos cada vez más fáciles de aplicar por los pacientes que permiten conseguir resultados inimaginables hasta hace poco.
Sin duda. En los últimos años, los avances en biotecnología y técnicas quirúrgicas han permitido disponer de varias prótesis de última generación y alto rendimiento y de varias estrategias de colocación cada vez más vanguardistas que han revolucionado literalmente el tratamiento de casos complejos. Basta pensar en las populares técnicas Carlevale, Yamane e Iris-Claw, que permiten fijar la lente intraocular sin suturas, con ventajas considerables para los pacientes en términos de mínima invasión, reducción del tiempo quirúrgico y reincorporación más rápida a las actividades cotidianas. Se trata, evidentemente, de métodos seguros, eficaces e indoloros, realizados en cirugía de día, que mejoran la calidad de vida y la visión de los pacientes, siendo decisivos en casi todos los casos.

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