50 días sin pistas sobre el rapto del pequeño Enoc en Honduras
La madre del niño residente en Badalona pide ayuda a España desde Centroamérica y denuncia que se han reducido las tareas de rastreo
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- en medio de un crimen violento cuando se hallaba de vacaciones en una vivienda de la familia. Los cadáveres del abuelo paterno, un tío materno y su cuidadora aparecieron fuera del domicilio, que la policía hondureña sospecha que fue allanado para cometer un atraco y raptar al menor. Enoc se alojaba desde mediados de noviembre en ciudad en la que permanece la madre del pequeño, un niño de 12 años residente en que desapareció en su país, Hace 50 días que se desconoce el paradero de
Enoc, Badalona Honduras, Tela,
Dunia Karina Chinchilla.
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- Denuncia que las fuerzas de seguridad del país centroamericano han reducido el rastreo, a medida que no han aflorado indicios.
«Dicen que trabajan en el caso, que no me desespere y que tendremos respuesta, pero son muchos días sin una pista», lamenta Chinchilla en conversación telefónica con este medio. A falta de llamadas, acude a la Dirección Policial de Investigaciones de la Policía Nacional hondureña, donde le garantizan que las pesquisas prosiguen. «Pero hasta no ver no creer», resuelve la mujer, quien asegura que «la búsqueda fue bajando» pasados 15 días del asalto.
La colonia hondureña de Barcelona y el instituto Rafael Alberti de Badalona, donde Enoc estudia primero de la ESO, se han movilizado para reclamar con la familia al Gobierno de Honduras que no desista hasta encontrar al menor. Parientes del niño han transmitido la súplica al subdelegado del Gobierno en Barcelona.
«Me gustaría mucho que las autoridades españolas me ayudaran. Tengo más fe en la policía de allí que en la de aquí», confiesa la madre desde Honduras. Fuentes de la Delegación han explicado que pueden trasladar la inquietud de la familia a la legación diplomática hondureña, pero añaden que cualquier intervención queda limitada al no disponer Enoc de pasaporte español. «No puedo exigir porque no soy nacionalizada ni mi hijo tampoco», señala Chinchilla.
Familiares y allegados peinan la sierra por su cuenta, lejos del vecindario donde se perdió el rastro del niño. «Estas montañas son grandes, inmensas. Es imposible que las recorran solo los vecinos», observa la madre, sin «absolutamente nada» que le haga pensar que se vayan a destinar efectivos a escudriñar el bosque.
El Ejército se unió al operativo en los primeros días. «Estuvieron porque solicité apoyo. Tuve que enviar una carta al batallón, no fue porque me lo enviara el Gobierno. Vinieron solo por un tiempo hasta que les mandaron otras cosas», afirma Chinchilla, que encabezó una marcha el viernes pasado en Tela para que se refuerce el equipo de rescate.
La policía hondureña ha manifestado a Efe que confía en recuperar con vida a Enoc, pero agrega que la falta de información dificulta las operaciones. El principal acusado del robo y los asesinatos, un hombre de 29 años, fue arrestado a los pocos días. «Tengo entendido que se niega rotundamente a declarar. Andaba aún con la ropa del abuelo del niño cuando lo detuvieron», comenta la madre.
Chinchilla ha dirigido en dos ocasiones la misma carta al presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, en la que ruega que «aumente las medidas» para localizar a Enoc. «Esta tierra que tanto hemos amado me está quedando a deber. Porque se han metido con el tesoro más preciado de una madre, su hijo», reza.
«Hacen oídos sordos», se queja la progenitora, que no ha obtenido respuesta. «Como somos personas humildes, el presidente no se moviliza. Ha habido casos en que han secuestrado a personas importantes y en 15 días los encuentran», compara. Pese a no haberse pedido rescate, se aferra a que su hijo debe de estar retenido. «Pienso que tiene que ser un secuestro, pero el detalle es que no recibimos llamada. No recibimos nada», admite.
Un testigo declaró que vio al niño en el monte con dos acompañantes. «Fue donde asesinaron a la niñera», precisa Chinchilla. Nadie ha aportado más datos. La mujer deduce que es por miedo. Honduras registra 41,7 homicidios por cada 100.000 habitantes, uno de los índices más altos en Latinoamérica. La Secretaría de Seguridad del país ha contabilizado 166 asesinatos entre el 1 y el 20 de enero. Sumándose al éxodo de los últimos meses, una caravana con centenares de hondureños se encamina a Estados Unidos, huyendo de la pobreza y la violencia.
La madre de Enoc se ha quedado sin empleo en Barcelona al no regresar de Honduras, donde aguarda a saber de su hijo. «No pararé hasta que se movilicen. Si me tengo que ir a plantar a Tegucigalpa, donde se mueven las leyes y está la casa presidencial, lo haré», promete.
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