Exactamente dos años después de nuestra última entrevista, decidimos reunirnos de nuevo con la Dra. Gabriele D’Aloisio, Directora Única de Q Consulting, una empresa altamente cualificada en consultoría estratégica para empresas, para entender cómo ha cambiado el contexto en el que opera la empresa hoy en día.
por Roberta Imbimbo
Dr. D’Aloisio, ¿qué importancia tiene hoy la formación digital de las personas?
En la era de las transformaciones digitales, para estar a la altura de los tiempos y adaptarse a las nuevas tendencias económicas en curso, las empresas deben necesariamente introducir internamente nuevas tecnologías digitales, con el fin de obtener una ventaja competitiva con respecto a otros agentes del mercado, racionalizar y acelerar sus procesos de producción haciéndolos cada vez más automatizados, rápidos y sostenibles, aumentar el rendimiento de la empresa, maximizar la satisfacción del cliente y mejorar la reputación de la marca en el mercado de referencia. En los últimos años, incluso en nuestro país, se ha tomado por fin conciencia de la necesidad de acelerar este importantísimo proceso de modernización del tejido empresarial. Por ello, las empresas se han dado cuenta de la importancia de invertir no sólo en tecnología punta, sino también y sobre todo en la formación del capital humano. Nunca como en este periodo de fuerte cambio cultural, en el que el hombre sigue siendo el punto de apoyo de esta importantísima revolución de época, se necesitan figuras adecuadamente formadas que sean capaces de desarrollar enfoques empresariales innovadores, utilizar herramientas digitales cada vez más innovadoras e interconectadas, y anticiparse proactivamente a las necesidades de un mercado dinámico y en constante evolución. La posibilidad de delegar en la tecnología el trabajo más repetitivo y estandarizado conlleva el empoderamiento de las personas, siempre que adquieran las competencias adecuadas para afrontar esta evolución con eficacia. Por tanto, las empresas deben transformar a sus personas y fomentar la mejora de sus competencias y el desarrollo de nuevos conocimientos digitales altamente especializados para seguir innovando y seguir siendo competitivas en su mercado.
En este contexto operativo, durante todos estos años, el crédito fiscal de formación 4.0 ha sido el motor de la nueva profesionalización de las empresas que quieren hacer frente a la transición digital.
Exactamente. El objetivo de esta medida es apoyar a las empresas en el proceso de transformación tecnológica y digital mediante la creación o consolidación de competencias en las tecnologías facilitadoras necesarias para implantar el paradigma 4.0. En detalle, la bonificación se configura como un crédito fiscal que permite a las empresas recuperar los gastos de formación de sus trabajadores. Para el ejercicio fiscal 2022, el crédito fiscal se concedía por el 70% de los gastos subvencionables, con un límite máximo anual de 300.000 euros para las pequeñas empresas, y por el 50% de los gastos subvencionables, con un límite máximo anual de 250.000 euros para las medianas empresas. Las grandes empresas podían beneficiarse de un crédito fiscal del 30% de los gastos subvencionables, con un límite máximo anual de 250.000 EUR. Todas las empresas podían acogerse a la Bonificación Formazione 4.0, sin restricción alguna, independientemente de su forma jurídica o del sector al que pertenecieran o del régimen contable que utilizaran. La única condición era que cumplieran la normativa vigente en materia de seguridad en el trabajo y que respetaran las leyes que regulan el pago de las cotizaciones sociales y de previsión de los trabajadores.
Prevista hasta 2022, ¿ha sido refinanciada esta medida por el Gobierno?
Desgraciadamente, no. Una grave desventaja teniendo en cuenta que el futuro será cada vez más digital y teniendo en cuenta que Italia ocupa el penúltimo lugar en Europa en términos de alfabetización digital (según la encuesta Piaac-Ocse, en el trienio 2019-2022, el 28% de la población entre 16 y 65 años es analfabeta funcional).Un problema grave desde muchos puntos de vista, personal, económico y político: en un mundo donde las tecnologías digitales pueden mejorar la eficiencia y la eficacia de los servicios, resistirse al cambio significa quedarse atrás y pagar un precio muy alto. Entre otras cosas, resulta verdaderamente paradójico que el Gobierno, por un lado, haya instituido la desgravación fiscal por inversiones en bienes de equipo tangibles 4.0, pero, por otro, no haya refinanciado la formación para el uso de estas máquinas de última generación. Por lo tanto, es de esperar que en nuestro país se refinancie una medida fundamental para que las empresas puedan seguir invirtiendo en nuevas tecnologías y convertirse en Smart Factories conectadas y digitales, y para que Sistema-Italia sea decididamente más competitiva a nivel europeo.
¿Cómo han cambiado Covid y la guerra de Ucrania su entorno operativo?
Las secuelas de Covid y la guerra de Ucrania están poniendo a prueba las economías de los países occidentales (y más allá) debido a la explosión de los costes de la energía, el transporte, las materias primas y los consiguientes efectos inflacionistas a trescientos sesenta grados. ¿El resultado? Una probable ralentización del crecimiento que podría tener repercusiones macroeconómicas violentas para las empresas italianas. Una ralentización vinculada a las sanciones contra Rusia, al clima de incertidumbre, a la volatilidad de los mercados y a la falta de liquidez que aprieta el mercado y las inversiones. Dado que el objetivo principal de Q Consulting es proporcionar consultoría estratégica de negocios para permitir a las PYME alcanzar la excelencia, apoyándolas en la gestión de sus modelos de negocio con un enfoque totalmente innovador (dirigido a hacer sus procesos de producción más eficientes, aumentar su productividad, conceder FA para sus inversiones), comprenderá que este momento particular está afectando inevitablemente también a nuestro negocio. No existe una fórmula mágica para salir de la crisis. Sólo es posible crear un plan de acción y reacción para una gestión adecuada de los riesgos. Así que, volviendo a la importancia de la modernización, cada vez estoy más convencido de que las soluciones ganadoras deben ser “rápidas e inteligentes”. Debemos replantearnos el futuro de una forma nueva y más consciente, centrándonos cada vez más en la innovación de procesos y productos, el uso de la inteligencia artificial y el personal altamente cualificado para afrontar con éxito los futuros retos impuestos por una globalización cada vez mayor y los nuevos escenarios geopolíticos, económicos y sociales europeos.