La multinacional suiza Maag Group, altamente cualificada en bombas y sistemas de filtración, peletización, pulverización y reciclaje, ofrece al mercado mundial soluciones avanzadas de proceso para las industrias química, petroquímica, farmacéutica, alimentaria y cosmética. En los últimos años, la empresa ha invertido importantes recursos en la sede italiana de Rozzano, que ha experimentado así una rápida expansión tanto en términos de plantilla como de volumen de negocio y expansión geográfica: hoy en día, esta excelencia totalmente italiana opera de hecho en todos los continentes del mundo. En esta larga entrevista, Claudio Bonafede, Director General de Maag Italia, habla de los retos futuros que la empresa está llamada a afrontar en un contexto cada vez más competitivo y globalizado.

por Roberta Imbimbo

Claudio Bonafede, Managing Director Maag Italy

Dr. Bonafede, ¿con qué misión nació Maag Italia?
Fundada en 1927, la sede italiana de Rozzano ha centrado su actividad principal en la ingeniería y producción de bombas de engranajes externos para aplicaciones químicas industriales, adquiriendo la responsabilidad del producto industrial y convirtiéndose así en un centro de excelencia con responsabilidad comercial a nivel mundial. Gracias a una visión estratégica y a un enfoque empresarial innovador, la empresa ha experimentado un crecimiento exponencial tanto en términos de plantilla (con el tiempo hemos pasado de 60 a 110 empleados) como de expansión geográfica (ahora opera en todos los continentes del mundo) y de volumen de negocios (que se ha más que cuadruplicado por tres en los últimos años). Su presencia capilar en el mercado mundial -en posiciones verdaderamente estratégicas- y su saber hacer altamente especializado le permiten desarrollar soluciones premium muy innovadoras, sostenibles y personalizables, gracias a lo cual ha conseguido aumentar su reputación de marca en los mercados internacionales y ampliar significativamente su cartera de clientes, hoy en día principalmente empresas que operan en los sectores químico, petroquímico, farmacéutico, alimentario y cosmético.

¿Cómo han logrado implantarse en los mercados internacionales?
Para alcanzar objetivos cada vez más ambiciosos, nos hemos centrado en una personalización completa de nuestra oferta, absolutamente adaptada a las necesidades de cada cliente: a necesidades específicas, soluciones específicas. Y para aventurarnos al máximo en la cuarta revolución industrial, nuestro compromiso ha llegado hasta la reorganización de nuestras instalaciones productivas según los paradigmas de la Industria 4.0 (invirtiendo importantes recursos en maquinaria diseñada para soportar aplicaciones verdes), para orientarnos cada vez más hacia la digitalización, la eficiencia productiva y energética, la sostenibilidad medioambiental y la economía circular. Desde 2018 hasta la fecha, también hemos realizado fuertes inversiones en I+D para anticiparnos de forma proactiva a las necesidades de un mercado en constante evolución, aumentar la eficiencia de los procesos de producción y reducir drásticamente el consumo de energía relacionado con la producción: las tecnologías inteligentes aplicadas a nuestros procesos han revolucionado de forma disruptiva nuestra forma de operar, permitiéndonos hacer más eficientes nuestros modelos de gestión, optimizar los procesos de producción y monitorizar constantemente los distintos procesos operativos, crear productos cada vez más innovadores y con mayores prestaciones, destinados a satisfacer las demandas de los clientes más exigentes (en los últimos años hemos desarrollado varias patentes de características y funciones innovadoras respecto al producto original), utilizar materiales biodegradables para entrar en un segmento de mercado en el que Maag nunca había estado tan centrada y, por supuesto, aumentar también nuestra competitividad en el mercado global. De hecho, estas peculiaridades nos han permitido diferenciarnos claramente de nuestros competidores y maximizar la satisfacción del cliente, que siempre ha sido un objetivo prioritario de una empresa dinámica, innovadora y centrada en el cliente.

¿Qué importancia tiene para usted el capital humano? Y ¿qué importancia tiene, en la era de la transformación digital, que las personas sigan siendo el corazón palpitante de todos los procesos?
El capital humano es sin duda nuestro recurso más valioso. De hecho, son las personas las que dan valor al trabajo a través de la competencia y la determinación, ingredientes todos ellos muy importantes que se traducen en un valor añadido incalculable al servicio de los clientes. El escenario económico actual, caracterizado por una globalización y digitalización cada vez mayores, conduce inevitablemente a un fuerte aumento de la competitividad entre las empresas. Para responder a las necesidades cambiantes de un mercado digital altamente competitivo, en el que las máquinas trabajan cada vez más estrechamente con los seres humanos, hemos decidido centrarnos en un alto grado de especialización de nuestros recursos humanos (en términos de competencias duras y blandas), con el objetivo de una formación continua; esto se debe a que hoy en día a las personas se les exigen competencias cada vez más específicas, para ser ellas mismas promotoras de una política de desarrollo sostenible. Nuestro objetivo prioritario es, por tanto, capacitar a cada trabajador para ser un actor activo en la doble transición ecológica y digital en curso, mediante la transferencia de competencias cada vez más especializadas e innovadoras. Incluso en el último bienio, objetivamente nada fácil, hemos invertido mucho en jóvenes talentos, cuadruplicando incluso las cuotas rosas en el equipo (los puestos clave del Consejo de Administración están ocupados ahora por dos hombres y dos mujeres). Esto confirma nuestro compromiso de construir un entorno de trabajo innovador y estimulante que ofrezca grandes perspectivas de crecimiento profesional.

Muchos logros hasta la fecha. ¿Objetivos para el futuro?
Seguir creciendo, apuntando a segmentos de mercado hasta ahora inexplorados, y mejorar aún más la eficiencia de la planta de Rozzano, que, en colaboración con varias universidades italianas y extranjeras, trabaja en la ingeniería de productos revolucionarios destinados a apoyar aplicaciones para los sectores farmacéutico y alimentario. Un reto ambicioso que hay que perseguir para estar cada vez más cerca de los clientes en todo el mundo.

Para más información (https://maag.com)

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