Fundado en 1909 y ya en su tercera y cuarta generación, Studio Legale Giovanardi es un despacho histórico de Milán, activo tanto a nivel nacional como internacional, altamente especializado en la asistencia judicial y extrajudicial en las áreas del derecho mercantil para empresas e intermediarios financieros. Gracias a un equipo multidisciplinar de más de 60 profesionales y a la experiencia adquirida en el tratamiento de situaciones societarias complejas, hoy es una boutique jurídica especialmente centrada en el sector societario y financiero, transacciones extraordinarias, distressed M&A y situaciones especiales. El abogado Carlo Alberto Giovanardi, que anima desde hace años la Firma originada por su abuelo, habla en esta larga entrevista de cómo la inteligencia artificial está revolucionando el mundo jurídico, entre los retos, límites y oportunidades que la revolución tecnológica trae inevitablemente consigo.
por Roberta Imbimbo

Abogado Giovanardi, ¿cómo está revolucionando la inteligencia artificial el sector jurídico?

La inteligencia artificial (IA) es uno de los temas centrales del debate actual sobre el futuro de la abogacía. En los últimos años, incluso una profesión a menudo tachada de tradicionalista está avanzando con fuerza hacia un futuro cada vez más digital, adoptando herramientas innovadoras para facilitar e industrializar determinados procesos operativos. En la era de la transformación digital, muchos despachos de abogados han decidido innovar su modelo de negocio transformando y dando forma a la profesión clásica del abogado, pasando de la defensa al asesoramiento y apoyo empresarial, invertir en formación y en el desarrollo de competencias digitales y adaptarse a las nuevas tecnologías de frontera, con el fin de aumentar la eficiencia de sus servicios profesionales y maximizar así la satisfacción de sus clientes, respondiendo de forma cada vez más adecuada y oportuna a las solicitudes de sus clientes. Sin embargo, si por un lado el uso de algoritmos y fórmulas matemáticas puede contribuir a descongestionar la máquina judicial, aletargada desde hace años, y puede agilizar el trabajo de abogados y jueces, obligándoles a abordar la profesión no sólo desde un punto de vista jurídico sino también tecnológico, por otro lado no podemos ignorar el hecho de que no todas las actividades jurídicas pueden estandarizarse y automatizarse fácilmente: algunas requieren una personalización precisa que no puede separarse del juicio humano.

¿Son fácilmente estandarizables las áreas de especialización de su empresa? ¿Cómo han afrontado en Studio Giovanardi el rápido avance de la innovación que afecta a todo el mercado?
Tratando de anticiparnos proactivamente a las tendencias del mercado, hemos tenido que elegir entre posicionarnos en aquellos segmentos en los que la innovación tecnológica es un factor crítico de éxito, o privilegiar aquellas áreas en las que representa una mera herramienta de eficiencia, sin sustituir al profesional. Hoy en día, la IA – convenientemente entrenada – encuentra un terreno fértil en la redacción automatizada de contratos y actos susceptibles de normalización, en la gestión de ciertas etapas de la diligencia debida, en la gestión de ciertas actividades industrializables de recuperación de créditos y en la investigación predictiva sobre cuestiones específicas. Pero en situaciones críticas, en las que la atipicidad requiere un enfoque analógico crítico, evaluaciones e intuiciones en un contexto con un fuerte componente de negociación, la IA no parece poder ofrecer hoy un verdadero valor añadido. El mundo de las llamadas Situaciones Especiales se caracteriza por contextos complejos no tipificables, respecto de los cuales el pensamiento crítico ofrece un abanico de escenarios, fuera de cualquier esquema, dejados a la sensibilidad, experiencia y visión del profesional. Para este tipo de actividad, la figura del abogado sigue siendo central, tanto para ofrecer un asesoramiento a medida altamente cualificado como para identificar estrategias de enjuiciamiento modeladas en función del caso concreto. En nombre de una tradición centenaria – el Studio Giovanardi fue fundado por mi abuelo allá por 1909 – y de un saber hacer altamente especializado en materias difícilmente estandarizables, firmemente convencidos de que no todo lo ideado por una máquina es mejor que lo hecho por un hombre, hemos querido posicionarnos en ese segmento del mercado en el que la IA todavía deja espacio al pensamiento analógico y al pensamiento crítico. Hoy utilizamos la tecnología inteligente sólo allí donde realmente agiliza los procesos, sin delegar en ella aquellas elecciones que necesariamente deben apoyarse en el pensamiento crítico del profesional, en su capacidad para reconocer, elegir y ponderar la especificidad de una situación concreta que no puede adscribirse objetiva o intencionadamente a un esquema previsible, en su capacidad para equilibrar los elementos secundarios frente a los que representarían los motores primarios de las decisiones; todo ello con el fin de identificar, en contextos sin duda no repetibles, las mejores soluciones que puedan equilibrar los diversos intereses en juego, tal y como exige hoy en día un sistema orientado a otorgar la debida dignidad a un abanico cada vez más amplio de partes interesadas. Las situaciones especiales se concluyen por la voluntad de las personas más que por la de las máquinas, precisamente porque los intereses en juego no pueden rastrearse y reducirse únicamente a determinadas categorías que, con respecto a la empresa, tienen un papel específico (piénsese en el empresario, el administrador, los distintos tipos de acreedores, los trabajadores, el territorio, las industrias aliadas, etc.).

En conclusión, ¿qué valoración hace de esta revolucionaria herramienta?
Lo que podemos decir es que la IA puede y debe ser vista como una herramienta innovadora al servicio del abogado, capaz de apoyarle para ser más eficiente en determinadas actividades donde el foco no está en el pensamiento crítico analógico, como determinadas operaciones de due diligence, permitiéndole concentrarse en actividades de asesoramiento y asistencia de mayor valor añadido, donde el juicio crítico y analítico del profesional individual sigue marcando la diferencia. Por lo tanto, es necesario observar esta revolución en curso desde una perspectiva particular, para no ser miopes ni resistentes al cambio, pero tampoco dejarse abrumar por la excesiva atención que está recibiendo actualmente la IA. En Studio Giovanardi hemos decidido centrarnos en competencias especializadas de alto valor competitivo, que nos permitan afrontar los retos presentes y futuros con solidez, con una adecuada capacidad de evaluación crítica de cada posible innovación (por muy revolucionaria que pueda parecer hoy la IA, están en camino otras innovaciones que pronto la dejarán obsoleta; de hecho, el mercado de la innovación está en constante agitación), pero sin perder las referencias a una identidad que nos distingue en el mercado desde hace años.

 

(https://www.giovanardilex.it)

 

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