El ASD VF Pesaro -acrónimo de Viri Fortes (del latín, hombres valientes)- es un nuevo club de fútbol de la provincia de Pesaro Urbino que este año ha competido en el campeonato de Tercera Categoría. Fundado hace un año a partir de la idea ganadora del empresario Sergio Presicce, ex presidente de Duesse Infortunistica, y de su adjunto Andi Bregu, el nuevo club tiene objetivos muy ambiciosos no sólo desde el punto de vista futbolístico (intentar disputar el próximo campeonato como protagonista), sino también y sobre todo desde un punto de vista puramente educativo y social.
por Roberta Imbimbo

Dr. Presicce, ¿cuál era el propósito del ASD VF Pesaro? Ex Presidente de Duesse Infortunistica, ¿cómo decidió fundar un club de fútbol?
El ASD VF Pesaro nació primero como un equipo de fútbol aficionado, para luego desplazar su enfoque hacia los jóvenes, también gracias al encuentro con Marcello Del Canto (entrenador), con el objetivo prioritario de convertirse en un punto de referencia importante y central en la vida de los jóvenes de la provincia de Pesaro Urbino, ofreciéndoles la posibilidad de cultivar su pasión por el fútbol con un enfoque totalmente innovador, que va más allá de la lógica de los grandes clubes profesionales. En nuestro club, de hecho, se hace hincapié en ofrecer una experiencia deportiva, emocional y educativa única, haciendo del fútbol una oportunidad cierta y no ilusoria para todos los chicos, independientemente de sus cualidades tácticas. Firmemente convencidos de que con una práctica adecuada del fútbol cada joven tiene una oportunidad real de crecer deportiva y humanamente, nos hemos comprometido desde el principio a ofrecer a todos (sin selección alguna) la oportunidad de acercarse al juego del fútbol, con la certeza de que todos (nadie excluido) pueden aportar una valiosa contribución al equipo. Pero nos hemos esforzado aún más por relacionarnos con nuestros jóvenes (hasta la fecha, unos 140) de una manera siempre positiva y constructiva, enseñándoles que cada éxito representa un nuevo punto de partida y que de cada fracaso se pueden extraer importantes lecciones para la vida. Como padre de dos hijos aficionados a este deporte, llevaba años observando los métodos de entrenamiento adoptados por otros clubes de la zona y, en el fondo, quería ofrecer a los jóvenes algo profundamente distinto. De ahí la idea de crear no sólo un equipo de fútbol, sino también, y sobre todo, una Escuela que se convirtiera ante todo en un modelo de excelencia, de gestión sana y rentable, un punto de referencia único para los jóvenes que desean jugar al fútbol en un entorno extremadamente positivo, sereno y estimulante.

¿Puede convertirse el deporte en una herramienta puramente educativa, de inclusión social y de valorización del territorio?
Por supuesto que sí. La escuela de fútbol debe enseñar fútbol y producir talentos; no es casualidad que nuestro responsable técnico de la cantera sea Flavio Lazzari, ex futbolista de la Serie A con más de 20 años de experiencia futbolística a sus espaldas y ahora propietario de la Academia FL, a quien se confía la delicada tarea de llevar a nuestros jóvenes al nivel deportivo (y conseguir que jueguen en el primer equipo). Pero no sólo eso. Debe, sobre todo, enseñar a los jóvenes a escuchar, a observar las reglas, a respetar a sus compañeros, a socializar, a sentirse parte activa de un grupo, a luchar juntos y unidos para conseguir objetivos importantes. El fútbol no es ni debe ser sólo competición. Más bien es y debe ser un importante momento de comunión y agregación independiente del resultado, una oportunidad para el crecimiento personal, el compromiso y la perseverancia, una valiosa herramienta para superar los propios límites y hacer realidad los propios sueños. Hoy en día, muchos jóvenes atraviesan una crisis de identidad -capaz de desencadenar sentimientos de inseguridad, vulnerabilidad y fragilidad- y, por tanto, necesitan una orientación segura. Y ésta es precisamente la razón por la que el deporte, como vehículo educativo, adquiere un papel central, ya que ayuda a las personas a crecer como tales, incluso antes de crecer como atletas. Nelson Mandela afirmó que “el fútbol tiene el poder de cambiar el mundo. Tiene el poder de despertar emociones. Tiene el poder de unir a la gente como pocas otras cosas. Tiene el poder de despertar la esperanza donde antes sólo había desesperación”. Así que, en línea con esta filosofía de alto nivel, nuestra misión es precisamente entretener a los jóvenes, sacarlos de la calle, darles la oportunidad de asistir a un entorno sano donde puedan expresarse plenamente, centrándose en sus propias capacidades. Bajo este nuevo proyecto empresarial subyace también la voluntad de relanzar el territorio, estableciendo valiosas colaboraciones con otras importantes realidades locales. Una de ellas es sin duda el ASD USAV Pisaurum, un club histórico en el panorama futbolístico de Pesaro que este año se ha quedado a las puertas del ascenso directo a la primera categoría, terminando segundo de su grupo. De hecho, junto con el Presidente Roberto Ricci, estamos evaluando la posibilidad de formar un consorcio con el objetivo de seguir desarrollando el fútbol en una provincia en la que, por desgracia, este deporte sólo se practica a nivel amateur (el Vis Pesaro, primer equipo de la ciudad, juega en la Lega Pro).

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