por Roberta Imbimbo

Q Consulting nació en San Giorgio del Sannio en 2018 del proyecto clarividente y apasionado de unos profesionales dinámicos y visionarios que decidieron poner su know-how y experiencia al servicio del tejido empresarial italiano. Gracias a un equipo altamente cualificado y motivado, esta excelencia totalmente italiana ha logrado afirmar su liderazgo en un mercado altamente competitivo para diferenciarse de sus numerosos competidores por la alta calidad de su oferta de consultoría, rigurosamente orientada, flexible y personalizada según las necesidades de cada cliente individual. Consciente de que, en un mercado cada vez más globalizado y competitivo, cada empresa necesita métodos y procesos específicos, Q Consulting siempre se ha centrado en la consultoría personalizada para apoyar a las PYME y a las grandes corporaciones tanto en el desarrollo de nuevos proyectos de producción y/o productos industriales como en el acceso a la financiación de empresas públicas y privadas. Entre sus competencias de alto valor añadido, también la de asistir activamente a las empresas en actividades de investigación fundamental, investigación industrial y desarrollo experimental; actividades fundamentales, hoy subvencionables, destinadas a aumentar la productividad, el crecimiento y la sostenibilidad de las empresas en el mercado global. ‘Para hacer frente a retos cada vez más ambiciosos, las empresas del futuro están efectivamente obligadas a invertir en I+D y a innovar continuamente sus procesos de producción con vistas a la Industria 4.0’, afirma Gabriele D’Aloisio, Director Único de la empresa, en esta larga entrevista. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, Italia sigue estando muy por detrás de otros países de la UE. Para compensar este desfase y relanzar la competitividad del sistema del país, se necesitan intervenciones profundas que actúen sobre varios elementos clave de nuestro sistema económico: es necesario facilitar la transición digital; aspirar a la mejora continua de los procesos; salvaguardar el empleo cualificado de los jóvenes investigadores; facilitar la compra de bienes de equipo; y, más en general, se necesita una nueva cultura empresarial favorable a las inversiones en I+D, que podría tener repercusiones especialmente positivas, sobre todo para el sur de Italia, donde es preciso mitigar las debilidades de las empresas más pequeñas y menos estructuradas”.

Para más información (https://qconsultingsrl.com)

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